Los pensamientos caen por su propio peso. Una lluvia radioactiva de sentimientos, sensaciones, emociones que destruye con cada lágrima aquello que toca. Una sopa de letras en la que las palabras que buscas no se encuentran. Un baúl de recuerdos vacio. Un armario desordenado, empolillado. Una espera eterna a la nada. Un barranco sin pendiente y un gato en el tejado que nunca resucitó al olor de las sardinas, porque nunca se atrevió a bajarlo.
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0 Han volado hasta mi Luna...:
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