Dulce condena?

13 diciembre 2005

 

Corrió con todas sus fuerzas. Corrió hasta que ya no pudo más y cayó rendida en un banco del parque. “Todo terminó”. Se repetía una y otra vez esperando que con eso bastase para asumirlo. Pero el corazón no acogía su llanto. ¿Cómo era posible que después de lo que había visto aun siguiera queriéndole? No, eso no podía ser amor. Quería odiarlo. Si, odiarlo con todas sus fuerzas pero lo único que salía de su interior era pena. Pena por ella, porque por mucho que quisiera odiarlo siempre terminaba amándolo. Ese era su castigo por haber jugado aun sabiendo que él no la quería. Pero eso que importaba si él estaba con ella. Si la endulzaba el oído cada vez que la veía. Si, una vez al día, sus labios le pertenecían. Eso era más que suficiente para pactar hasta con el mismísimo diablo si hubiera sido necesario. Porque estaba ciega entonces, y hoy, que desea quitarse la venda ya es demasiado tarde. Porque el veneno se ha extendido por todo su cuerpo y solo puede esperar, sentada en el banco del parque, a que la muerte regrese a por ella.

1 Han volado hasta mi Luna...:

Niña melón dijo...

dios... q bajon... como vea a la de la guadaña se va corriendo fijo! todo pasa, son epocas... pasará