Aniversarios... (II)

17 junio 2007

 

La abrazó y ese olor tan característico se le inyectó como si se tratase de la picadura de una serpiente de cascabel. Ella aun no lo sabia, pero las lágrimas de sus seres queridos se lo gritaban en silencio. Ella suplicó la verdad. Él solo le decía que todo saldría bien. Ellos se cobijaban con sus respectivas parejas y la más pequeña de todos observaba desde la esquina de la cama, la más cercana a la salida, toda la escena, en silencio, inmóvil, evitando derrumbarse, luchando por no caer, a la espera de despertar de semejante pesadilla.